Antes de su desaparición, el Carnaval se hallaba sometido a un proceso de paulatino empobrecimiento.
El Domingo por la tarde se exhibían los "porreros" y el Martes, por la tarde asimismo, salía la denominada "procesión" o ronda, compuesta de un carro tirado por un jumento y escoltado por los mozos disfrazados.
La mentada carroza llevaba una nasa y en ella tenía su sitio el llamado "predicador". El lugar reservado para la intervención de este orador era la plaza, y esta prédica, la comida y cena extraordinarias de los jóvenes y la romería en la plaza pública completaban los últimos carnavales, que tuvieron lugar en 1936.
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Antiguamente, hasta hace unos setenta y cinco años, en esta villa quemaban un muñeco. El Martes de Carnaval, después de haberlo paseado en la punta de un palo solía ser juzgado, a continuación de la lectura de la sentencia. Así se completaba la pantomima que, más adelante, durante unos años se representó solamente en parte (En Ozaeta se entrevisto a Genaro Uriarte -80 años- el 21 de marzo de 1976)
Sacado del libro Carnaval en Álava de Juan Garmendia Larrañaga, Haranburu editor S.A., enero 1982
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